Bienvenidos al blog del Capitán Malaspina y sus secuaces donde encontrarás reflexiones sobre ciencia, tecnologia, informática y otras cosas de pensar.

07 junio 2010

Procesos Pacman en Windows


Hace un tiempo les comentaba a ustedes la pérdida de potencia de cálculo que sufrían nuestras máquinas debido a la obligación que tenemos de mantenerlas "vivas" usando un antivirus que las libre de infecciones desastrosas. Pues bien, si alguno de ustedes se ha atrevido alguna vez a usar su ordenador sin mantener en marcha ese antivirus y ha tenido la suerte de no ser infectado,igual habrá podido detectar que, conforme va añadiendo programas, su máquina pierde vigor. Es algo parecido a lo que nos pasa a nosotros: con cuarenta no nos encontramos mal, pero no tenemos veinte. Seguimos en la brecha, pero empieza a faltarnos fuelle. Pues a su ordenador igual.

En teoría las nanopistas de silicio del microprocesador pueden sufrir desgaste debido al calor que generan y a la fuga de electrones, pero es un efecto que no se debiera notar a lo largo de la vida útil de la máquina, y menos en un flamante chip, salvo excepciones (1). Esta "vejez prematura" es producida por la lucha de los procesos por mantenerse a flote. Un ejemplo de hoy mismo: a primera hora de la mañana, mi antivirus se empeñaba en realizar un análisis del disco duro al completo, mientras la utlidad de optimización del sistema insistía en verificar problemas en el registro de Windows, justo en el momento en que el instalador de mi nueva impresora avisaba de que le faltaba un archivo y necesitaba acceder al servidor del fabricante para descargarlo, pero mi router echaba chispas perseverando en conectarse a un ADSL que se le escapaba como arena entre las manos. Resultado: el ordenador se ha quedado "pajarico", como dice un buen amigo cuando se le bloquea la máquina. Vaya, ni el teclado quería pitar por desbordamiento del búfer de pulsaciones. Tela marinera.

Y es que los programas por lo general no son respetuosos con el medio en el que viven: luchan continuamente por ser los mejores, como si por el mero hecho de instalarlos, se tomaran manga por hombro y acaparar los recursos de la máquina sin pedir permiso. En esto se parecen a los humanos, ¿no es así?. Actúan como el juego del PACMAN: comiento todo lo que pillan a su paso. Usted instala tal o cual programa, y automáticamente, éste abre un servicio en el sistema para mantener el programa actualizado o para enviar informes de fallos. Ya sé que es muy es agradable ver que tal o cual aplicación nos dice "Existe una actualización ¿quiere descargarla?", pero para enterarse de que existe esta actualización, el servicio está en marcha en su memoria, y utilizando su procesador y su conexión a internet para testear con cierta frecuencia en la red la existencia de actualizaciones, luego es un proceso vivo del sistema que consume recursos. Ahora dígame: si su navegador hace ésto, los drivers de su impresora también, el antivirus tres cuartos de lo mismo, la aplicación de contabilidad un par de veces por semana, la utilidad de optimización también, su lector de PDF favorito ya es que se baja la actualización sin pedirle permiso siquiera, de verdad: ¿no se siente asaltado?. ¿A que sí? Una cosa es instalar una aplicación y otra es que se coma parte su RAM todos los días para desayunar.

Y además, tampoco son respetuosos consigo mismos: ¿Hay internet? ¿si? ¡A por ella!, ¡A saturar la conexión cuanto antes para actualizarnos! Los procesos actualizadores luchan literalmente hablando por utilizar los recursos del ordenador en beneficio propio. Podrían activarse en períodos de inactividad del sistema (a la hora del almuerzo, por ejemplo), o cuando se apaga el sistema como hacen las actualizaciones del Windows. Pero es mejor dejar al usuario sin ordenador mientras nosotros nos peleamos por ver quién es el "más mejor" y se actualiza antes, aunque dejemos al sistema al borde del colapso.

Sería deseable que

1) Los programas se actualizaran a voluntad del usuario, no del fabricante.
2) Existiera un poco de educación en los fabricantes a la hora de diseñar los programas, de manera que éstos avisaran y pidieran permiso para instalarse de forma residente en su memoria, y que hubiera forma de desinstalarlos posteriormente.
3) Que el S.O. decidiera qué proceso es más importante en cada caso: si actualizar el antivirus o el software de la impresora, creando una cola de actualizaciones.

Hoy, lunes recién amanecido, no me encontraba con ganas de repartir orden entre los procesos y he tomado la opción más conveniente. Les he dicho ¡Ahí os quedáis, que yo me voy a tomar un café mientras discutís entre vosotros!

Experimento: si usted pulsa Ctrl+Alt+Supr en su ordenador Windows, accederá a lo que se llama el administrador de tareas, donde podrá ver que procesos tiene en marcha en su sistema. Verá que gran parte de ellos no los ha activado usted. Hay unos que son activados por el arranque de windows (a mí me mosqueaba al principio mucho el scvhost.exe, y estuve por quitarlo de enmedio, pero es el proceso que gestiona los servicios de Windows y no es recomendable). Pero hay otros que se activan al arrancar Windows sin pedir permiso,y son ciertamente innecesarios. Si realmente tiene algo de curiosidad, le recomiendo que descargue el "Process Hacker", y una vez instalado pulse en la pestaña de "Services" para ver la cantidad de servicios que tiene en marcha sin que usted lo supiera.

(1) Mi primer ordenador era una excepción. La falta de refrigeración hacía que se calentase tanto que tenía fallos de cálculo. Me pasó programando punteros en Pascal. Por la noche, a esos de las 2 de la mañana, el programa funcionaba estupendamente, pero por la tarde los resultados que arrojaba eran diferentes a los obtenidos por la noche, aun cuando se realizaban sobre la misma muestra de entrada. Se me ocurrió que podría ser el calor del verano quien ocasionara tal fallo, así que ni corto ni perezoso, desmonté la carcasa de aquel PCW-256 y le puse al lado un ventilador de mesa. Perfecto, volvía a funcionar bien. Estamos hablando de una máquina que llevaba un Zilog Z-80 de 8 bits a 4Mhz. Con esto, ya pueden entender ustedes por qué sus potentes máquinas de hoy día con "cienes y cienes" de millones de Hertzios llevan ventiladores.

02 junio 2010

El origen de las larvas y la transferencia larvaria

Afortunadamente las quimeras no existen. Me estoy refiriendo a esos seres con cabeza de león, vientre de cabra, alas de águila y cola de serpiente, descendientes de una unión "contra natura" entre el dios Tifón y la dragona Equidna (que como sabe todo el mundo que vió Shrek, dejó a Tifón  Asno). Digo afortunadamente, porque como es sabido estos seres gustaban en saborear rebaños de ovejas aderezados con algún que otro griego a la parilla. En cambio sí  sabemos que -en este mundo de Dios, donde "pa ver cosas... estar vivo- existe, algún animal que parece construido de partes de otros, como el ornitorrinco, o la más inquietante quimera, un pez con cola de rata, cabeza de conejo, trompa de vete a saber qué y alas deeeeee... bueno veánlo en la imagen. En realidad se trata de toda una familia de peces cartilaginosos algunos de los cuales deambulan en las profundidades de nuestras costas mediterráneas. También existe el quimerismo que es un accidente genético en el que dos zigotos se fusionan en uno sólo y ocasionan seres raros, como el bicho ese que le salia del vientre a Kuato, un mutante en Desafio Total y que por cierto era clavaito a determinado político cuyo nombre no recuerdo.

El caso es que fuera de estos casos excepcionales, el término quimera ha quedado asociado en el argot popular a mezclas imposibles sean de bichos, proyectos o meras ideas. Todos hemos estudiado que este tipo de uniones de seres tan diferentes son completamente imposibles en la naturaleza, ya es complicado obtener un tigrón como para lanzarse a un ratafante, un cabripótamo por no decir una marillena ( aver si sacan ésta última). La leyes de la biología son claras: "un huevo un organismo".

Bueno, pues de ser cierta la teoría de la "Transferencia Larvaria" vayánse olvidando de todo lo dicho. Hasta ahora se admitía generalmente la teoría del "linaje común": la larva corresponde a un estadío inmaduro del adulto que es la forma definitiva y reproductora. Sometidos a nichos ecológicos diferentes, la presión selectiva hizo evolucionar de forma independiente a cada estadio hacia morfologías cada vez más distintas hasta no parecerse en absoluto. De esta manera la larva de las mariposas, la  oruga, evolucionó basicamente hasta convertirse en un gran tubo digestivo cuya única función es comer y comer, mientras el adulto encargado de la reproducción y dispersión lo hizo hacia las gráciles mariposas. Sin embargo es en los océanos donde las larvas son realmente abundantes y complicadas. Para empezar son de tamaño casi microscópico, su parecido con el adulto es nulo, incluso a niveles tan primarios como que la larva puede tener simetría bilateral y el adulto ser una bonita y radial estrella de mar, lo que es un auténtico disparate para cualquier zoólogo. Para más complejidad los ciclos de vida de muchas familias pueden incoporar no una sino varios estadios larvarios completamente diferentes. A veces entre especies de un mismo género, la una presenta larva y la otra no, mientras que especies de phylum muy diferentes poseen larvas casi idénticas, lo que hasta ahora se ha explicado por convergencia evolutiva.

El caso es que no siempre una larva se transforma en un adulto, a veces el adulto surge de sólo una pequeña parte de la larva, se desarrolla y termina desprediéndose del resto de la larva, la cual muere. Pero es que tampoco la larva muere siempre, a veces ese desecho que se pensaba que era la parte larvaria, una vez desprendido el adulto, sigue su vida, e incluso se alimenta, cual si fuera otro organismo. Es el caso de la foto que les presento de una estrella de mar muy común Luidia sarsi. En ella ven a una juvenil de estrella de mar (sim. radial) a punto de desprendenderse del resto de  la larva (sim. bilateral). Tras la separación, ambos llevarán vidas independientes durante meses hasta su muerte.

Ante casos como éste los investigadores D.I. Willianson y S.E. Vickers pensaron: "si parecen dos animales diferentes, si viven separados, comen por su cuenta, es que son..... dos animales distintos" (Toma ya!!) En este caso propusieron que Luidia sarsi son en realidad dos organismos un rotífero (phyllum rothypera) y una estrella de mar (phyllum equinoidea) que nacen de un mismo huevo. Postulan que, dado que los gametos son liberados al medio marino en cantidades de miles de millones, de vez en cuando pudo ocurrir este proceso de fusión de genomas.

Puede parecer un disparate (y tanto) pues supone la fusión de genomas enteros de animales superiores, con varios cromosomas y no de especies similares sino de phyllum diferentes. En taxonomia la categoria phyllum hace referencia a diseños corporales básicos netamente diferentes, no a trivialidades anatómicas como cuernos más largos, sino rasgos muy básicos tener exoesqueleto o endoesqueleto , tener simetría bilateral o radial, y cosas de esas, lo que amenudo implica diferencias génicas de igual calado. Sin embargo de hecho se sabe que la fusión de genomas ha ocurrido ya en alguna ocasión. Los líquenes corresponden a la mezcla de una bacteria y un hongo ascomiceto. En 2006 se descubrió que el genoma de la mosca de la fruto Drosophila melanogaster albergaba completo el genoma de la bacteria Wolbachia. De manera que lo realmente novedoso de la hipótesis no es la transferencia genómica sino el hecho de que cada genoma gobierne de manera secuencial una etapa diferente del ciclo de vida.

Otro hecho interesante es que el proceso de fusión genómica para producir una quimera ocurre de golpe, no de forma gradual como en la teoría evolutiva clásica. Lo que ha resucitado las expectativas de la teoria del "equilibrio puntuado" ( de Niles Eldregde y S.J. Gould, 1972 ). Esta teoría, basándose en el registro fósil, propone que las especies no surgen de forma gradual sino más bien bruscamente por grandes cambios a los que les suceden períodos de éstasis (con "s" señorex). Hasta ahora su mayor logro había sido dar explicación al origen de los hombres X, (je, je, si no me creen veánse la introducción de la peli y cómo justifican el origen de los mutantes).

Existen otras teorías, y hay pruebas a favor y algunas para mí muy contundentes en contra (la del ADN por ejemplo), pero el caso es que se trata de una teoría subversiva, osada y simple, de las que me gustan a mí, y por eso ha sido este post, prometo abreviar en el siguiente. Ale a ser buenos.