Aunque ha sido usada como recurso musical en infinidad de ocasiones, el primer recuerdo que tengo de ésta es de la película "Los Goonies", 1985, de Steven Spielberg. Se oye en la escena en que el mayor de los gansters, Frank Fratelli, encierra en la cámara frigorífica a toda la pandilla de jóvenes aventureros que forma los Goonies (Mickey, Brand, Gordi, Data, Bocazas, Jeff, Stef y Andy), Tras echar el pestillo, se marcha tarareando la melodía de una ópera. Un personaje muy pintoresco, a la par que tópico: el gánster malo que tiene oído musical y se enternece con la ópera. Quien mejor desarrolló este "character" fue Chaz Palmintieri en su personaje de Cheech, en la peli de Woody Allen "Balas sobre Broadway". Una tragicomedia deliciosa con un guión portentoso, pero sigamos con los Goonies, que ya nos estamos andando por las ramas.
El fragmento que tarareaba Fratelli era de la ópera de Gaetano Donizetti "L´elisir d´amore" (1832). Más concretamente es el aria "Una Furtiva Lacrima" de la octava escena del acto segundo (*). Si un personaje como Fratelli, rudo, frío, impasible, malvado, es capaz de sentir algo por la ópera, ¿Por qué nosotros no?
Hale, pongámonos en situación. En la obra, el prota, que se llama Nemorino, está enamorado (¡Cómo no iba a ser en una ópera!) de Adina, bella muchacha de una familia pudiente. Pero Nemorino es algo retraído, y encima pobre, así que no tiene muchas posibilidades de ganarse el aprecio de Adina. Lo que no sabe Nemorino es que Adina también le ama a él, pero está siendo cortejada con insistencia por el sargento Belcore, quien le ofrece un futuro más prometedor.
Nemorino sufre por ver que su amor no es correspondido (**) , y ... la verdad, sufre mucho. Un curandero embaucador ofrece un elixir de amor a Nemorino, que no es otra cosa que vino aderezado. En un arrebato, Nemorino le compra una botella entera del supuesto elixir y se la planta entre pecho y espalda de un trago. Obviamente se pone "tibio" y baila y canta deshinibido por los vapores alcohólicos, ... perdiendo el interés por Adina. Ésta, que lo ha visto, por despecho declara de inmediato su compromiso con el sargento Belcore.
Nemorino se queda sin "guita"... y sin novia. Necesita urgentemente más licor de amor para recuperar a Adina, así que a falta de mejor solución, se alista en el ejército que partirá al día siguiente a la guerra al objeto comprar con el dinero de la soldada más elixir. En eso que llega la noticia de que a Nemorino le han dejado una herencia importante, así que todas las muchachas corren a dejarse ver por Nemorino ... por aquello de a ver si hay suerte y se fija en mí. A todo esto, Nemorino es ignorante de su próspero futuro y vuelve a creer que es el elixir de amor el que tiene esos efectos en las muchahas. Adina recapacita, y esa ahora la que sufre en silencio las consecuencias de su decisión matrimonial: llora de forma imperceptible al ver que perderá al hombre al que realmente quiere, pues ella está ya comprometida y Nemorino seguro elegirá otra esposa entre las numerosas candidatas que ahora tiene. Pero Nemorino se percata de sus lágrimas, y, emocionado por ver que al fin su amor es correspondido, canta esta aria en la que cree morir de amor al ver esa "Furtiva lácrima":
Libreto original (italiano)
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Traducción al castellano
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Una furtiva lagrima negli occhi suoi spuntò: Quelle festose giovani invidiar sembrò. Che più cercando io vò? Che più cercando io vò? M'ama! Sì, m'ama, lo vedo. Lo vedo. Un solo istante i palpiti del suo bel cor sentir! I miei sospir, confondere per poco a' suoi sospir! I palpiti, i palpiti sentir, confondere i miei coi suoi sospir... Cielo! Si può morir! Di più non chiedo, non chiedo. Ah, cielo! Si può, Si può morir Di più non chiedo, non chiedo. Si può morir, Si può morir d'amor | Una furtiva lágrima De los ojos suyos brotó, Aquellas alegres jóvenes ella envidiar pareció. ¿Qué más voy a buscar yo? ¿Qué más voy a buscar yo? Me ama, sí, me ama, lo veo, lo veo. ¡Un sólo instante el palpitar de su hermoso corazón sentir! Mis suspiros confundir casi con su suspirar. Sus pálpitos, sus pálpitos sentir, confundir nuestro suspirar... ¡Cielo! ¡sí puedo morir! Más yo no pido, no pido. ¡Ah Cielo! Sí puedo, sí puedo morir! Más yo no pido, no pido. Sí puedo morir, ¡Si puedo morir de amor! |
La pueden ver interpretada por Pavarotti pinchando aquí
Sin duda Lucciano tuvo una voz portentosa, y cantaba con la facilidad con la que yo pestañeo, pero hay otros cantantes con algo más de sutilidad y delicadeza. En particular, yo me quedo con la versión de Enrico Caruso, grabada en 1904. Enrico aunaba el chorro de voz de Pavaroti, gentileza de José Carreras, y la garra de Plácido Domingo, así que deja de lejos a otras versiones más modernas, mejor grabadas, pero con interpretaciones más discretas (sin que por ello estén desmerecidos Roberto Alagna, Rolando Villazón, mi querido Plácido, y otros tantos que lo h acen muy bien). Pero hagan la prueba y comparen esta versión que les traigo hoy con otras que encontrarán por la red. No presten atención a los defectos de la grabación, sino a la interpretación de Caruso:
Saludos de Pulsar Informaticks
(*) Jamás escuchen una ópera sin tener a mano el libreto en el idioma original y traducido al castellano. ¿Por qué demonios creen ustedes que lo dan con la entrada cuando asistes en vivo a un espectáculo de éstos?
Sencillamente genial!! Muy Bien escrito y entretenido...no he ido nunca a la ópera pero leyéndote me ha entrado el gusanillo. Gracias
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